EJERCICIOS DE ESTILO DE RAYMOND QUENEAU


No tengo costumbre de escribir. No sé. Me gustaría escribir una tragedia o un soneto o una oda, pero están las reglas. Eso me corta. No son cosas para aficionados. Todo esto ya está muy mal escrito. En fin. [.] mira ya he contado la mitad de mi historia. No sé cómo lo he hecho. Hasta es agradable esto de escribir. Aunque queda lo más difícil. Lo más duro. La transición. Y aún peor porque no hay transición. Mejor lo dejo.

Queneau hace una historia simple y corta de 99 formas distintas, distintos géneros, estructuras, ritmos, tratamientos, haciendo parodias, sátiras y homenajes. El relato ideal trata de un individuo A que toma un bus llamado S, y allí encuentra a un joven a quien observa. Este sujeto observado B pelea con otro C, pues lo empuja cada vez que alguien pasa. Luego, este sujeto A se sienta en un asiento que alguien dejó vacío. Dos horas más tarde, el individuo A que observa se encuentra con el personaje B, quien conversa con otro D en la plaza Saint-Lazare. Entonces, A logra escuchar el diálogo entre aquellos, el cual versa sobre un botón en el abrigo de B que está mal puesto y luego le indica dónde debe ponerlo.
Es realmente un gran ejercicio de creatividad e imaginación.

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